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Una
de las personas más sabias que he conocido en el antiguo testamento es Salomón,
una de las cosas que persiguió por mucho tiempo fue la sabiduría. En el libro
de Eclesiastés expresa unos consejos para los jóvenes.
Alégrate en tu Juventud.
“Alégrate
ahora que eres joven. Déjate llevar por lo que tus ojos ven y por lo que tu
corazón desea, pero no olvides que un día Dios te llamará a cuentas por todo lo
que hagas.” (Eclesiastés 11:9).
Alégrate
ahora que eres joven, recuerda que las oportunidades más grandes que tenemos en
la vida las aprovechamos sólo cuando estamos preparados. Disfruta de tu
juventud y de las innumerables posibilidades que tienes para tu futuro,
disfruta de esa energía que tienes y que puedes emplearlo para muchas cosas en esta
vida y que te pueden ser muy útiles para más adelante.
Ahora
viene algo muy importante en estos consejos: “Déjate llevar por lo que tus ojos
ven y por lo que tu corazón desea…” esto quiere decir que podemos hacer lo que
queramos, tenemos un libre albedrío pero también dice:”…pero no te olvides que
Dios te llamará a cuentas por todo lo que hagas.” No existe nada mejor que
hacer lo que nosotros queremos hacer, dedícate a lo que tu corazón anhela, ve y
persigue tus sueños, porque muy fastidioso es hacer lo que por obligación
debemos hacer. Muchas personas tienen títulos universitarios sin ejercer tal
carrera, porque nunca se propusieron hacer lo que más les gustaba hacer.
Recuerda en tu juventud es cuando tienes muchos caminos por elegir en cambio
más adelante tus elecciones se reducen, ya no sería lo que quisieras sino lo
que pudieras lograr.
Haz
las cosas que te plazcan, con cordura y madurez, recuerda que esta vida no se
trata de acumular cosas sino de dejar una huella. Nuestra juventud es una etapa
de preparación, aprovecha este tiempo para adquirir conocimiento y sabiduría
que luego más adelante te van a servir y te vas a agradecer a ti mismo por lo
que un día haz decidido hacer.
Quita cosas de tu Corazón.
“Deja
de preocuparte, pero apártate de la maldad. Ten presente que ni los mejores
días de tu juventud tienen sentido alguno.” (Eclesiastés 11:10).
“Deja
de preocuparte, pero aléjate de la maldad.” Es una frase motivadora y es muy
necesaria en nuestro caminar hacia una vida de bendiciones. En la versión
Reina-Valera 1960, dice aparta pues de tu corazón el enojo y aparta de tu carne
el mal, son consejos que evitan que nuestro caminar sea difícil, ya que las
malas compañías corrompen las buenas costumbres y alejarse de aquello que pueda
obstaculizar tu enfoque hace que mas adelante no pierdas tu tiempo que es muy
esencial.
En
los días de nuestra juventud se encuentra unas etapas que debemos
aprovecharlas, como por ejemplo la elección de nuestra profesión. Cuando
decides que porque eres joven quieres disfrutar de la vida y no trabajar ni
estudiar, créeme que estás condenando tu futuro lentamente, asunto que se puede
revertir pero difícil es ese proceso.
Disfruta
de tu juventud y apártate del mal, así tu mismo mas adelante cuando te mires en
el espejo vas a agradecer que aprovecharas el tiempo de tus mejores días y no
en vanidad que no tiene sentido alguno.
Acuérdate de tu Creador.
He
aquí Salomón nos cuenta la importancia de esta frase: “Acuérdate de tu creador
en tu juventud.” Y enumera 5 razones por las cuales debemos acodarnos de
nuestro Dios y aprovechar nuestra juventud en lo que nos enfocamos más
adelante.
- Antes de que vengan los días malos.
“Acuérdate
de tu creador ahora que eres joven. Acuérdate de tu
creador antes que vengan los días malos. Llegará el día en que
digas: «No da gusto vivir tantos años» (Eclesiastés 12:1).
Todos
los jóvenes tenemos el regalo más grande en nuestra vida y es tiempo. Hace ya
muchos días atrás conversaba con mi padre y el me pregunta: ¿Quién tiene más
años, tu o yo?, por un rato pensé la pregunta porque se notaba que quería
enseñarme algo, pero al fin respondí: Tú tienes más años que yo, papa. Entonces
me dijo que en realidad soy yo quien tiene más años, ya que de nada vale los
años que pasaron porque no puedes hacer nada para cambiarlos o aprovecharlos
pero los años venideros son lo que realmente importa. Ahí comprendí la
importancia de tener a Dios a nuestro lado y aprovechar las cosas buenas de la
juventud y hacer lo que nuestro corazón desea hacer, pero con Dios a nuestro
favor muchas cosas son y serán de gran bendición.
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